jueves, 19 de noviembre de 2009

¿SEREMOS NAVEGANTES O LECTORES? LA LLEGADA DEL E-READER.


          Los e-readers podrian modificar la manera en que leemos de una manera negativa si evolucionan hacia una plataforma múltiple, que busque ofrecer otras "ventajas" al consumidor como leer el correo electrónico, reproducir música o "conectar lectores" por medio de foros  u otros espacios destinados a la interacción entre lectores.

   La sola idea de almacenar diez mil libros en un espacio tan reducido puede no ser tan funcional como parece a primera vista, ya que pudiera prestarse a una  forma de dispersión y saturación del lector como la que ocurre en el uso del internet, en donde la búsqueda de información fluye de manera no necesariamente pertinente y jerárquica. Así,  de la misma manera en que frecuentemente nos vemos ante diez ventanas de navegador abiertas, los usuarios del e-reader puede encontrarse ante decenas de libros "abiertos" al mismo tiempo y provocar una lectura fragmentaria, distraída, dispersa y superficial, tentándolo a pasar de un libro a otro y abandonar la costumbre de leer un libro completo precisamente en virtud de esa hiperconectividad de la información

           En definitiva, estas plataformas deberán vencer la tentación de la hiperconectividad entre, por una parte, los mismos textos desplegados y por otra, entre los usuarios, que terminarían por convertir al e-reader en una especie de portátil más y a sus usuarios en navegantes, más que en lectores.

 

                                                                                                           Alberto Paciano-

Los últimos lectores.

lunes, 9 de noviembre de 2009

viernes, 6 de noviembre de 2009

Los ´blogs´ serán pronto clásicos de la literatura

El Encuentro de Escritores de los Premis Octubre se centró ayer en la discusión sobre los blogs y la literatura. Xulio Ricardo Trigo, que utiliza como tribuna El violinista celest, se mostró preocupado por la prominencia cada vez más acusada de las redes sociales, que son más efímeras. El blog permite archivar, es más accesible incluso para entradas remotas, mientras que las redes sociales, dijo, son más breves y los mensajes se pierden. Por ello, afirmó que "pronto diremos de los ýblogsý que son los clásicos de la literatura en internet", pese a ser un fenómeno con escasos seis años de vida. El blog podría convertirse en el contenedor final de los productos generados dentro de redes más efímeras.
Trigo explicó su evolución en la concepción de estas bitácoras, desde los inicios, cuando no era más que un espacio dónde abocar literatura escrita, hasta el momento actual, en que ha pasado a crear contenidos específicos.
Margarita Aritzeta, que mantiene la bitácora La maleta sarda, habló de la necesidad de escribir cada frase como si fuera "un mañana continuará" para captar la atención del lector: "El lenguaje del ýblogý debe ser más conciso, más preciso. Es difícil, por ejemplo, encajar un fragmento de novela, porque el ritmo es más sostenido, mientras que el del ýblogý es más trepidante".
Por su parte, Toni Ibáñez, el tercer escritor participante en la mesa redonda, se confesó un "converso". Ha pasado de la tecnofobia "unabomberiana", dijo, al activismo bloguero. Incluso, en un momento dado, mantuvo cinco o seis bitácoras simultáneas para las que creaba personajes diferentes que polemizaban entre ellos.
Todos concluyeron que, en definitiva, la literatura siempre ha sido sometida a los cambios que se derivan de los contactos con otros medios y la digital no es diferente. Los blogs pueden abrir el campo literario a nuevas voces que no proceden del mundo profesional y hacer que los mismos lectores ejerzan como críticos, señalaron en tono positivo, en contra de lo manifestado en los congresos de los Octubre por otros participantes, como el crítico de cine Mirito Torreiro.
La coordinadora del Encuentro, Laura Borràs, profesora de la Universitat de Barcelona y fundadora del grupo Hermeneia, se mostró partidaria, por su parte, de emplear las nuevas tecnologías solos cuando implican un valor añadido, porque no son un valor de progreso o de modernidad por sí mismas.
Citó a "catastrofistas" como Philip Roth, que aseguran que se ha perdido la guerra y "en veinte años la lectura será un culto", y dijo situarse en las antípodas.
Borràs es más optimista, porque con los datos en la mano, los libros electrónicos hacen que aumenten las ventas de ejemplares en papel. En opinión de esta experta, la postura más sensata es la que se encuentra entre la relatividad y el pragmatismo, porque "la tecnología no es sinónimo de innovación o de modernidad, pero sí que se ha de entender como un factor expresivo que ofrece posibilidades inéditas hasta el momento".

Fuente: http://www.levante-emv.com

"El peligro de Google Books es que se convierta en un monopolio de la información de calidad"

David Wood, consejero legal de Icomp (Initiative for a Competitive Online Marketplace), asegura que la revisión en la Unión Europea de las normas sobre derechos de autor debe ser muy limitada. Wood afirma que para lograr una nueva legislación sobre las obras huérfanas, se necesita cambiar la ley.


¿Me equivoco si defino Icomp como el lobby más activo en Bruselas contra el proyecto de digitalización de libros de Google?

Es más que eso. Cubrimos una gama amplia de temas, no sólo intentamos criticar a Google Books y cambiar algunas de sus prácticas. Tenemos una amplia lista de miembros en toda Europa con diferentes intereses, desde propietarios de contenidos como la Premier League inglesa, hasta empresas de publicidad, pasando por empresas de software como Microsoft. Tratamos de contribuir al ecosistema en Internet del que Google es, sin duda, una gran parte. Pero es tanto o más importante intentar educar a los diferentes actores, a los reguladores, a los parlamentarios, los administradores, sobre lo que podemos hacer juntos para mejorar el ecosistema online en tanto que lugar donde hacer negocios. Esto promoverá el comercio electrónico, contribuirá a la economía y beneficiará a la oferta.

Icomp dice trabajar a favor de la libre competencia, pero entre sus miembros está Microsoft que tiene un historial dudoso en esta cuestión. Y detrás de otro de sus miembros también está Amazon, el Goliat estadounidense del comercio electrónico.

Trabajamos con muchas organizaciones y empresas, con periódicos, con televisiones... Microsoft es cierto que tiene una historia desigual en cuestiones anti monopolio, pero creo que los acontecimientos recientes como el acuerdo con la Comisión Europea para facilitar que los usuarios de Windows elijan el navegador de Internet demuestra que quieren mercados más competitivos on line, y la aplicación de las reglas de competencia en estos mercados. Como abogado especializado en Competencia, mi función es asesorar sobre cómo cumplir la ley, pero también sobre cómo actuar cuando otros no la cumplen.

La Comisión Europea está sondeando si es posible reformar los derechos de autor en la UE y armonizarlos para impulsar, por ejemplo, la digitalización de libros. ¿Está a favor?

Todo el mundo quiere la digitalización. Pero la queremos de manera que se logre una competencia libre en Internet. Y en el acuerdo propuesto por Google en Estados Unidos a los autores y editores, vemos muchas provisiones innecesarias e innecesariamente restrictivas de la competencia. Esto no debería permitirse y debe ser modificado. Cuando lo sea y Google siga adelante en este acuerdo, pensamos que otros actores también deberían poder operar ya sea en el mercado de la distribución de libros vía Internet, ya sea en mercados asociados como la publicidad. Todos los que quieran operar en este mercado deben poder competir en igualdad de condiciones.

¿Por qué teme tanto los eBooks de Google?

El peligro del acuerdo propuesto por Google es la creación de dos monopolios: uno sobre las obras huérfanas, y otros sobre las obras digitalizadas. Y estamos hablando de un monopolio sobre la información y los contenidos de calidad: libros, revistas, periódicos, etcétera; no sobre los miles de blogs que podemos leer cualquier día por la mañana. Todavía nadie conoce el enorme alcance de los cambios que este acuerdo puede generar, es difícil de imaginar. Y esto no se puede dejar en manos de una sola empresa, ya sea una empresa adorable o abusiva. No se puede dejar tanto poder a una organización privada con ánimo de lucro. Hace falta un mercado abierto, transparente y multilateral. No es justo ni adecuado que estos acuerdos y estas decisiones se estén tomando a puerta cerrada entre un reducido grupo de partes interesadas. Porque las implicaciones son universales y afectan a la educación, la cultura, la economía, y nos afectarán a todos.

¿Es necesario legislar?

Un proceso legislativo sería, desde luego, más abierto y transparente. Pero no es la única fórmula posible para facilitar el debate y ampliar la participación. Ciertamente necesitamos nueva legislación sobre las obras huérfanas, aquellas que no pueden ser comercializadas porque no está identificado quién tiene los derechos sobre ellas. Es un caso que el mercado probablemente no pueda resolver por sí mismo. Alguien quiere vender algo, alguien quiere comprarlo, pero la transacción no es posible. Hace falta facilitar estas transacciones y eso sería bueno: daría más valor a los derechos de autor, más oferta al mercado, más elección para los consumidores.

¿Y cómo hace falta legislar?

Hay que tener mucho cuidado porque los derechos de autor suponen un equilibrio entre los intereses de los creadores, de los usuarios, de los intermediarios. Y ese equilibrio se ha creado a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, y no debe decidir cambiarlo de la noche a la mañana. Hay que tener mucho cuidado en proponer legislación que reabra debates previos. Si se reabren estos debates, corremos el riesgo de perder parte de lo que hemos logrado en el pasado y corremos el riesgo de no ser capaces de encontrar una solución aceptable para la mayoría. Dejemos el pasado cerrado, e intentemos encontrar decisiones para el futuro.

¿No corre el riesgo Europa de perder el tren de los contenidos digitales porque su legislación sobre derechos de autor se aplica de manera diferente en casa país y no se adapta a la nueva realidad?

Tenemos que ser conscientes de que el mercado está cambiando. Los parlamentarios y las diferentes instituciones tienen que entender cómo funciona. Y si es necesario regular, debe ser reglamentación inteligente y su aplicación debe ser ligera.

¿No teme que las universidades y las bibliotecas europeas queden en desventaja ante las de Estados Unidos si la legislación europea les impide acceder a los libros digitalizados por Google?

No es sólo Europa contra Estados Unidos, los canadienses están más afectados que nosotros porque son sus vecinos directos. En Asia también están cada vez más al tanto de estas cuestiones. No podemos permitir que Europa vaya con retraso en esta carrera, hay que hacer algo. Y habrá que apoyar iniciativas de digitalización europeas como Europeana.

Pero mientras los europeos reflexionamos, Google habrá logrado en Estados Unidos un acuerdo para poner en marcha su iniciativa eBooks

No necesariamente. En el caso Google hay varios resultados posibles. Puede que logre la autorización judicial; pero es más posible que la autorización tenga condiciones, y no hay que descartar que el juez no dé su autorización. De manera que es probable que deba haber una nueva negociación entre las partes interesadas. Y eso llevará más de dos semanas. Aunque es cierto que el proceso será más rápido que obtener en Europa una nueva reglamentación.

¿Cómo solucionamos ese retraso en Europa?

Para lograr una nueva legislación sobre las obras huérfanas, por ejemplo, necesitamos cambiar la ley. Será claramente más fácil lograr un cambio legal en cuestiones muy limitadas que en ámbitos más amplios.

El protagonismo en Europa en el lobby sobre el futuro de los libros digitales lo acaparan las autoridades, los editores y los autores de Francia y Alemania. ¿Dónde están los españoles en este debate?

No he visto mucha presencia española, pero creo que están empezando a despertar. El español es uno de los idiomas globales, una de las literaturas globales. De manera que está tan afectada o más por estos cambios que el resto. Deberían estar pensando en lo que todo esto supone para las obras en español, para las traducciones, para los ciudadanos, para la diseminación por todo el mundo de esta valiosa cultura. No hay muchos idiomas como el español. Sería extraño que los españoles no asuman un fuerte interés en lo que ocurre con su lengua, con su literatura, con su historia, su legado. El alemán y del francés son idiomas muy importantes en Europa, pero no tan extendidos por el mundo.

Fuente: www.eleconomista.es
por Antonio León
29/10/2009 - 19:05

jueves, 5 de noviembre de 2009

Leer novelas será un hábito “de culto” en 2035

Leer novelas será un hábito “de culto” en 2035

Miembros de la industria literaria internacional se manifiestan poco optimistas, respecto a la popularidad que la narrativa en papel pueda tener en las próximas décadas

Por Héctor Fabricio Flores
De10.com.mx - 2009-10-28
 

"Los libros no pueden competir contra las pantallas", ha expresado el escritor estadounidense Philip Roth, en entrevista para el periódico británico The Guardian. Él piensa que la concentración y el enfoque necesarios para leer novelas cada vez prevalecen menos en los potenciales lectores, quienes suelen preferir la televisión y las computadoras.

Roth es un escritor nacido en 1933 en Nueva Jersey. De origen judío, cuenta con varios pseudónimos que utiliza para firmar algunas de sus obras. Tiene el grado de doctor en Letras por la Universidad de Harvard y recibió en 2001 la Medalla de Oro de Ficción otorgada por La Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.

En varias de sus obras relata acontecimientos de la cultura judía. También, explora con cierta frecuencia la naturaleza del deseo sexual y la autocompasión. Algunos de sus libros más destacados son La conjura contra Estados Unidos, La orgía de Praga y El escritor fantasma. En los 20 últimos meses, ha publicado dos novelas y ya trabaja en otra que saldrá el próximo año.

"Creo que la gente seguirá leyendo libros y novelas, pero éste será un hábito de culto, ajeno a la mayoría de la población", expresa Philip Roth. Además, considera difícil encontrar a un número significativo de personas dispuestas a invertir su tiempo el leer. "Si terminar de leer una novela te toma más de dos semanas, realmente no la has leído", agrega.

Su predicción final apunta a que en 25 años sólo una porción menor de la población seguirá leyendo libros, aunque asegura que no dejará de haber lectores. "El problema es la impresión, el libro, el objeto en sí mismo", afirma el autor. "Hay demasiadas pantallas actualmente: el cine, la televisión y la computadora, los libros no pueden competir contra todas", concluye.


Fuente: http://de10.com.mx/wdetalle4456.html